En los últimos años es bien sabido que las redes sociales han jugado un papel muy relevante en todo el proceso de búsqueda y consecución de un empleo. De cara a la búsqueda de empleo, podríamos dividir las redes sociales en dos grandes grupos: por un lado, tenemos las redes sociales profesionales, con Linkedin en la cabeza, y, por el otro, tenemos las redes sociales más generalistas, destacando entre ellas Facebook, Twitter, Google+,…

Las redes sociales generalistas tendrán un papel secundario; mientras que las redes sociales profesionales adquieren un papel más protagonista e, incluso, útil, ya que pueden ser explotadas de diferentes formas para aumentar de manera notable las posibilidades de conseguir un empleo.

En ambos casos, es muy probable que las personas encargadas de buscar a nuevos trabajadores para una empresa examinen las redes sociales de los candidatos más prometedores.

En lo referente a Facebook, Google +, Twitter,… no son un elemento indispensable para las empresas y no es necesario que la persona que busca empleo permita su acceso. Así pues, existe la posibilidad de ajustar la privacidad para limitar su acceso, o, en caso de que sí se quieran mostrar, es recomendable revisar las publicaciones de los últimos meses, para comprobar que no haya ninguna publicación, fotografía, opinión,… comprometedora

Por otro lado, que dichas personas encargadas de seleccionar al personal puedan encontrar tu perfil de Linkedin puede llegar a ser muy positivo. Es recomendable, por tanto, que la ficha de Linkedin sea lo más completa posible, que coincida con la información expuesta en el Currículum y que aparezcan el mayor número de recomendaciones posibles de otros usuarios.

Pero el uso de las redes sociales profesionales no sólo termina aquí, bien usadas, pueden usarse activamente para la búsqueda de empleo a través de las herramientas que ofrecen e, incluso, tener una buena ficha, con una buena red de contactos, puede propiciar que sean los propios headhunters los que acudan al usuario a ofrecerle trabajo.