Cuando estás en una entrevista de trabajo, sabes que debes cuidar muy bien lo que digas para quedar bien y expresar lo que de verdad quieres decir, o lo que se espera que respondas a ciertas preguntas. Lo mismo ocurre a la hora de entregar un currículo en alguna empresa o ETT.
Sin embargo, hay ocasiones en que nuestros gestos, ese lenguaje no verbal que, en ocasiones, no te das cuenta que lo haces, te delata. Y al hacerlo, la otra persona se da cuenta de que no te interesa tanto, o que estás mintiendo. Por eso, debes tener en cuenta esto.
Los gestos no verbales
Según la revista Forbes, hay una serie de errores en el lenguaje no verbal que hará que la entrevistaa de trabajo, o que cuando entregues un currículo, éste sea tirado a la basura o ni te valoren para el puesto de trabajo.
Algunos de esos gestos son:
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Evitar el contacto visual. Al margen de que esto puede ser porque eres muy tímido o tímida, lo cierto es que no mantener contacto visual da una sensación como de esconder algo. No estás cómodo y parece que no vas a trabajar bien en grupo.
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Echarse hacia atrás. Miedo, no querer afrontar responsabilidades o das dudas sobre lo que se te está pidiendo, como si pensaras que no lo merecieras o no fuera suficiente.
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Mirar el reloj, o el móvil. Esto es muy común ahora y delata que estás aburrido o que te quieres ir ya, sobre todo si se alarga mucho. Ten en cuenta que una entrevista suele durar unos 30 minutos, por lo que si dura más es porque están interesados en ti.
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Fruncir el ceño. En este caso demuestras una actitud altiva, además de enfado, como si pensaras que estás perdiendo el tiempo y eso te molesta.
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Cruzar los brazos al hablar. Es una actitud defensiva, como si estuvieras incómodo y solo quisieras acabar cuanto antes para relajarte. También pueden pensar que escondes algo al ponerte de esa forma.
Los gestos no verbales también hay que saber controlarlos para que no jueguen malas pasadas a la hora de realizar una entrevista, por lo que, si eres de los que los cometen, es mejor poner remedio.
