El estigma social de las ETT

“Se lanza un cóctel molotov contra la fachada de una ETT”. Este titular fue, durante años, habitual en la prensa. Las empresas de trabajo temporal, desde su génesis en España a partir de mediados de los años 90, han gozado de una cierta animadversión por parte de buena parte de la ciudadanía. Campañas informativas, denuncias populares y críticas de algunos grupos políticos o de presión, ataques violentos… ¿Cuál es la causa de este estigma social de las ETT?

En la segunda mitad de los 90, las empresas de trabajo temporal entraron a formar parte de la gestión de los recursos humanos y creció su tasa de penetración. Muchas compañías acudían a ellas para solventar sus necesidades de personal. La tasa de temporalidad laboral aumentó, mientras las organizaciones sindicales denunciaban la situación. Las ETT comenzaban a estar en el punto de mira. En la nueva Ley 29/1999 se equiparaba el salario de los trabajadores contratados por una ETT y los de las empresas usuarias. Pero el problema de la temporalidad seguía ahí.

La temporalidad no es mal un sí mismo. La dificultad surge cuando el trabajador se ve abocado a ella porque no tiene otra opción. Paralelamente, un campo semántico comenzó a asociarse a las ETT: explotación, baja cualificación, precarización, siniestralidad. Y temporalidad. El perpetuo problema del desempleo en España, incrementado exponencialmente tras la crisis económica iniciada en 2007, genera debates. Se buscan soluciones. Y culpables. Las ETT son sospechosas habituales.

No obstante, los mitos negativos asociados a las ETT y el estigma social derivado de ellos, se ha minimizado en los últimos años. La ciudadanía ha elevado sus protestas hacia otras instancias. Las ETT ya no son la única cabeza de turco. El drama del desempleo ha provocado un cambio en la mentalidad de la ciudadanía. Si las empresas de trabajo temporal quieren mejorar su imagen y semejarla a la que existe en otros países europeos, deben optimizar su comunicación. Solo de esta forma se cambiarán, definitivamente, los términos negativos asociados a ellas y se asentarán otros como oportunidad, generación de empleo, sinergia, flexibilidad o cooperación.

Autor: David Rubio

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